500 días con alguien -o la honestidad sobre el amor-

Pocas veces el tagline de una cinta ha sido más acertado: "Esta no es una historia de amor. Esta es una historia sobre el amor". Y vaya que sí lo es. Al ver los cortos, esperaba algo así como la nueva Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, algo profundo, inteligente y emocionante sobre la condición de estar enamorado... y no me equivoqué.

No quiero decir que sea lo mismo, ni que la imite, ni mucho menos; pero a lo largo de la película uno tiende a sentirse de manera muy similar a cuando vio esa joya idolatrada, u otras cintas no-totalmente-independientes-pero-con-cierta-originalidad-y-bocanada-de-aire-fresco (uff) como lo fueron Garden State, Before Sunset y Before Sunrise y, si me apuran, hasta Annie Hall.

Hablo de (500) Days With Summer, dirigida por el novato Marc Webb y escrita por Scott Neustadter y Michael H. Weber. En esta cinta, como en el resto de las que mencioné, vemos al amor de una forma muy distinta al clásico chick flick de Hollywood para acercarnos a una versión mucho más real y humana, sin perder en absoluto el romanticismo. Como quizás se hayan dado cuenta, no escribo mucho aquí sobre las tramas, pero puedo decirles que, tal y como en Eternal Sunshine... uno puede identificarse a la perfección con todo lo que vemos aquí: desde el proceso de la infatuación hasta darse cuenta de que es algo más serio, la emoción del más mínimo detalle, la alegría de los primeros besos, hasta las alarmas de los primeros síntomas de que algo anda mal hasta lo desgarrador del final, siguiendo con la esperanza de que no todo está perdido para finalizar con... como quizás se hayan dado cuenta, no escribo mucho aquí sobre las tramas.

En lo personal, me identifiqué muchísimo con el protagonista interpretado por Joseph Gordon-Levitt (a quien quizás recuerden por la serie 3rd Rock From The Sun como el "hijo" menor de Jon Lightgow, pero que en realidad era el extraterrestre más viejo de los visitantes... esa serie era increíble, por cierto); pero regresando al tema, las vivencias de Tom, el protagonista, bien pueden ser la de cualquier hombre que ha vivido al menos 20 años, o eso creo yo, habría que preguntarle a otros hombres. ¿Quién no ha conocido a su propia Summer, a su Clementine, a su Annie Hall?

(500) Days With Summer nos cuenta de nuevo esta historia ubicada totalmente en el postmodernismo. Desde el comienzo nos advierten que esta será un relato que comienza con el "chico conoce chica, chico pierde a la chica...", y busca contárnoslo de diversas maneras, confiando en que el espectador tenga cierto bagaje que lo ayude a comprender mejor la cinta, así, podemos encontrar referencias a The Graduate, The Beatles, The Smiths, hasta The Seventh Seal y Personna de Ingmar Bergman, (¡sí, Ingmar Bergman!), lo cual no hace más que confirmar la influencia de Woody Allen.

También, los guionistas asumen que uno ya se sabe de memoria las fórmulas y clichés de las comedias románticas, por lo que desde un principio se autodescarta, aunque bien es cierto que está cargada de gags muy buenos y situaciones bastante graciosas pero que no se sienten forzadas ni exageradas.

El director, por su parte, se vuelca con mil y un recursos buscando ofrecer algo innovador: tenemos una historia no lineal, animaciones, música, historias paralelas, cortes rápidos... muy "artístico" el asunto. Y esto, aprovecho para acotar, es quizás la única debilidad de la cinta. Tanto experimento sí se siente forzado en un intento desesperado por apantallar al espectador neófito, lo cual cae en una total contradicción con lo propuesto por los guionistas. Ese es uno de los lugares comunes de las cintas independientes, o semi independientes, en las que cae esta cinta: una protagonista exótica en su personalidad y belleza (aunque al final podemos apreciar lo increíblemente humana y real que es gracias a la actuación de la tremenda Zooey Deschannel, quien a pesar de su talento está empezando a encasillarse); algunos momentos y escenas gratuitas que intentan ser demasiado "profundos"; un soundtrack totalmente ecléctico (aunque tengo que reconocer que es increíble, y agradecí mucho la sorpresa de escuchar dos rolones como Quelq'un m'a dit de Carla Bruni y Mushaboom de Feist, verdaderos ro-lo-nes, sobre todo el primero; y de paso por fin conocí a Regina Spektor, buenísima); e incluso los promocionales no escapan al cliché, combinando fotografías con dibujos a su alrededor y tipografía de letras dibujadas.

Creo que el error del director es que quiso vestir demasiado un guión que ya es bastante completo. ¿O lo habrá hecho precisamente por eso? Como sea, la cinta no para de regalarnos grandes momentos, como el baile improvisado de Tom; la epifanía que tiene tumbado en la cama junto a Summer escuchando sus historias de vida; y qué decir del juego de caricias que sostienen, mirando a los ojos del ser amado.

Al final de cuentas, esta es una película que estoy seguro no podrá dejar al espectador indiferente, o al menos a alguien que todavía quiera creer. Quizás simplemente sea que yo me identifiqué por completo desde que la voz en off describe a nuestro protagonista en el primer minuto. Lo cierto es que me gustó tanto porque se me hizo brutalmente real con una conclusión a la que yo también he llegado en durante mi existencia. Agradezco a los escritores por el regalo de una historia como la de Summer y Tom, que no es una historia de amor, sino sobre el amor, una historia de vida.