miércoles, 30 de septiembre de 2009

Mañana es un tiempo muy largo

De Dylan no les diré nada, sus letras hablarán por él desde hoy y muchas veces más. Yo los invito a que lo descubran también por ustedes mismos, aunque les advierto que los va a conmover, a mover y a cimbrar...

Mañana es un tiempo muy largo

Si hoy no fuera una carretera sin fin
Si esta noche no fuera un camino torcido
Si mañana no fuera un tiempo tan largo
Entonces "solitario" no significaría nada para ti
Sí, y tan sólo si mi amor verdadero me estuviera esperando
Sí, y si pudiera escuchar su suave palpitar
Y si sólo estuviera acostada junto a mí
Entonces yacería en mi cama otra vez

No puedo ver mi reflejo en el agua
No puedo emitir los sonidos que no muestran dolor
No puedo escuchar el eco de mis pasos
Ni recordar los sonidos de mi propio nombre
Sí, y tan sólo si mi amor verdadero me estuviera esperando
Sí, y si pudiera escuchar su suave palpitar
Y si sólo estuviera acostada junto a mí
Entonces yacería en mi cama otra vez

Hay belleza en el río plateado y cantante
Hay belleza en el cielo cuando amanece
Pero nada de esto y nada más puede tocar la belleza
Que recuerdo en los ojos de mi amor verdadero
Sí, y tan sólo si mi amor verdadero me estuviera esperando
Sí, y si pudiera escuchar su suave palpitar
Y si sólo estuviera acostada junto a mí
Entonces yacería en mi cama
Otra vez

jueves, 24 de septiembre de 2009

Oscar

No recuerdo cómo se llamaba el pueblito. Sólo recuerdo que fui con mis tíos que son en realidad como mis padres. Mi familia es enorme, muchos parientes a lo largo y ancho del país, así que no es de sorprender que no recuerde dónde demonios ocurrió.

Seguramente estaba de vacaciones y seguramente fue en la primaria. El asunto es que en ese pueblito de cuyo nombre no logro acordarme nació otra de mis pasiones. Cada tarde, buscando matar el aburrimiento, leí una colección de clásicos de la literatura en formato de historieta.

Evidentemente eran versiones abreviadas, y tampoco logro recordar qué obras leí, con excepción de dos: El Fantasma de Canterville y El Retrato de Dorian Gray. ¡Qué par de historias tan apasionantes! Sobre todo la última, y me resulta más fascinante que se me quedara grabada esa historia, porque después yo mismo desarrollaría un miedo a la vejez. Tampoco resulta casual que sólo pueda recordar este par de obras con su toque paranormal, sobrenatural y macabrón que siempre me ha atraído tanto. (¿Sabían que Wilde era amigo de Bram Stoker?)

Sin embargo, todo cambia, y con el tiempo la obra de Oscar Wilde y sus citas citables dejaron de gustarme tanto hasta el punto de molestarme. Es más, tiempo después leí bien la historia del hombre que hace un pacto para no envejecer, y me resultó de lo más afectado que he leído en mi vida, tan diferente de la historia que atesoraba en mi memoria infantil.

Lo mismo me ha pasado con John Lennon, que gracias a él me acerqué a The Beatles, cuyo integrante menos favorito para mí es, por mucho... John Lennon.

Esta reflexión se me presenta en un momento crucial y me ayuda a entender que después de algo bueno, bello o genial, todavía hay cosas más allá, quizás hasta mejores. O quizás no. El chiste es continuar.

Regresando a Oscar. A pesar de este alejamiento, cuando visité su mausoleo, obviamente recordé lo que no puedo recordar con exactitud, pero que hasta hoy sigue conmigo: mi emoción al leer la historia de un travieso fantasma y de un pacto siniestro, que fueron tan sólo el comienzo de algo genial. A pesar de este alejamiento, no pude dejar de pensar en mis adentros, completamente honesto por siempre y para siempre: "Gracias, Maestro, gracias por todo".

sábado, 12 de septiembre de 2009

Arrástrame al Infierno

Qué pequeña joya es "Drag Me To Hell". Qué fortuna que Sam Raimi se haya alejado de "héroes" chafas para entregarnos lo que mejor sabe hacer: cintas de terror que le tiran al cine B pero que uno disfruta como enano.

Raimi parece asumir que ya todo está inventado, y más en un género como el horror, y simplemente se (y nos) deleita con un pequeño filme sin pretensiones más que, precisamente, deleitar al espectador. Ya sea que uno en realidad sufra con los tormentos por los que hace pasar a su protagonista, o que se muera de risa con los efectos intencionalmente pedestres en algunas ocasiones.

Y como ya todo está inventado, "Drag Me To Hell" es una cinta llena de clichés donde la buena es muy buena y lo extranjero es malvado y exótico al mismo tiempo. Y aunque uno puede adivinar cuál será el próximo paso de nuestra protagonista, eso no le quita lo divertido al trayecto.

El diseño de producción es impecable, como para premiarse. Fíjense bien en cada detalle en todos los interiores, y verán a lo que me refiero. La dirección, sobra decirlo, es bastante efectiva, pues la experiencia de Raimi es bastante y aquí, repito, se da gusto jugando con la cámara, los efectos y la historia. Eso se agradece.

Por momentos recordé aquella escena que quedó grabada para siempre en mi mente, en "Evil Dead", donde un joven no puede controlar su mano y se rompe platos de cocina en la cabeza. Una de las cosas más bizarras que vi precisamente en el cine Juan Orol, y que también me hizo enamorar del género. Sobre esto ya he escrito en mi otro blog, pero pronto rescataré el texto en este espacio.

En otra reflexión, Raimi me recuerda a Wes Craven, se saben más allá del bien y del mal y no se toman tan en serio. Lo malo es que a Craven al parecer ya no le interesa crear algo nuevo, ni siquiera por el maldito gusto de hacerlo.

Pero mientras Craven se decida a despertar, espero que Sam Raimi nos siga deleitando y pronto nos entregué otra pequeña joya como lo es "Drag Me To Hell".

sábado, 5 de septiembre de 2009

Live forever

Estas líneas un poco inconexas están dedicadas a una de las mejores bandas de la historia: OASIS. Y es que para mí no hay duda de su grandeza. Cuando empezaron los compararon con The Beatles, evidentemente tal comparación era exagerada, pero realmente fueron un fenómeno en Inglaterra cuando lanzaron su primer disco, y el futuro les pintaba extraordinario. Algo en común con ellos es que eran de la inmensa clase obrera inglesa.

Representaban lo que entonces se llamó la Generación X, relajada, valemadrista, preocupada sólo por tener tantos "Cigarretes & Alcohol" como fuera posible. Y aunque yo era un poco más joven, me identifiqué con ellos de inmediato. ¿Quién no se estremeció cuando escuchó Wonderwall por primera vez? ¿Recuerdan un clásico tan instantáneo?

La soberbia les ha jugado malas pasadas, Liam y Noel son de carácter difícil. Pero cuando salió el "Don't Believe The Truth" parecía que las aguas se habían calmado, ya eran más que adultos, padres de familia. Ahora, supuestamente, se han separado... No es un caso de negación, pero yo no lo creo en absoluto.

No llegaron a la altura del cuarteto de Liverpool, pero Noel ha escrito piezas increíbles. "The Masterplan" es una colección de lados B... Miles de bandas se morirían por tener lados A la mitad de buenos de lo que hay en "The Masterplan".

La escena musical no puede ignorarlos. Cada disco, cada declaración, cada gira es noticia de primera plana. El mundo los reconoce. En vivo son increíbles.

Cuando me agarra desprevenido, "Don't look back in anger" me puede hacer llorar. Oasis me hace sentir nostalgia por una juventud que todavía no termino de perder, con letras como:

"es bueno ser libre"
"hey, permanece joven e invencible"
"mientras vivimos, los sueños que teníamos de niños se desvanecen"
"soy más viejo de lo que desearía"
"vamos a vivir por siempre"

Personalmente esta preocupación la comparto con Noel, y los Gallagher me recuerdan a mí y a mi hermano hace muchos años, cuando nuestra relación era parecida a la de ellos.

Pase lo que pase, Noel y Oasis vivirán por siempre, y dentro de muchos años, cuando mi juventud en serio se haya ido del todo, pondré su música y seré de nuevo joven de corazón.

jueves, 3 de septiembre de 2009

La era del hielo 3



Porque una de las vertientes del cine es el mero entretenimiento y negocio (no olviden que el amor por el cine de mucha gente inicia desde la infancia con cintas netamente de entretenimiento, hay que darle su justo valor a las cintas que logran precisamente entretener, por encima de las -válidas- pretensiones que sus creadores hayan tenido por forrarse de dinero pero que a mí en lo personal me importan un cacahuate.

Dicho esto, creo que La era del hielo 3 es un gran éxito del cine de entretenimiento y, al mismo tiempo, resultó un trancazo comercial, convirtiéndose en la cinta animada que más dinero ha ganado en el mundo, así como la cinta más taquillera de todos los tiempos en México.

Pero, repito, eso resultaría una pequeñez para mí si no fuera porque la cinta es también un gran éxito de la animación contemporánea. Sí, es cierto que no tiene mucho sentido todo ese asunto del mundo oculto, ¿pero el público no le ha perdonado a Pixar muchas, muchísimas incoherencias más? A veces es necesario conceder las licencias que piden los creadores para adentrarnos en la historia y los personajes, los cuales considero muy bien llevados, tomando en cuenta que después de dos cintas debe ser más complicado rescatar buenas historias, y considerando también que las dos cintas anteriores no son precisamente obras shakesperianas.