sábado, 21 de noviembre de 2009

Joel & Ethan: Dos hombres serios

No sé cómo en tan poco tiempo los hermanos Coen pueden decir tanto como en A Serious Man. Si la película más reciente de Jarmusch me dejó sin palabras dado que el director no tenía nada que decir (o al menos yo no lo encontré ni por accidente), con esta nueva entrega de los Coen me pasa justamente lo contrario.

Y no es solamente por todo lo que entendí de la cinta, sino también por todo lo que siento que se me escapó; definitivamente la veré de nuevo y las veces que sean necesarias. Lo cierto es que es de sorprender que en tan sólo una hora y cuarenta y cinco minutos tengamos una historia tan completa y rica en contenido.

A Serious Man plantea una diversidad de temas, la mayoría de ellos como interrogantes que tampoco se esfuerzan en resolver por el bien y el mensaje ulterior de la historia. "Así es la vida", dice un personaje en cierto momento del filme, resignado al no encontrar las respuestas que tan desesperadamente busca el protagonista. Y es que podemos buscar explicaciones en la religión, en fábulas o parábolas, en líderes, en calcular el universo mediante la física para descubrir que la única constante es el caos, en las drogas, en el dinero, en el destino, en la casualidad... pero al final, todo puede irse al carajo muy rápidamente con una llamada telefónica o al ver que un tornado se aproxima con toda su furia hacia ti.

Como acostumbran, los directores envuelven su discurso en un sentido de lo absurdo rayano en lo surreal con un humor inigualable que además confirma su inteligencia y efectividad narrativa. Visualmente, y también como acostumbran, su dirección es sobria, impecable y brillante, dominan el cómo, el cuándo, el dónde y, lo más importante, el porqué.

Así, los Coen continúan con una racha que ya nos ha entregado tres filmes consecutivos bastante logrados, demostrando un ímpetu y salud creativa envidiable. En esta ocasión muestran además versatilidad, pues lo que pareciera comenzar como una farsa, poco a poco va desnudando todas sus capas para descubrir que estamos ante una cinta que dejará pensando al espectador sobre nada más y nada menos que la vida en todo lo que ella significa para uno. Lo mejor de todo es que lo logran con su característica profundidad sencilla, sin querer tomarle el pelo al público, algo que desearía de muchos directores, y que le agradezco a los Coen por haberlo logrado... otra vez.

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