En realidad no sé cómo empezar a comentar esta cinta. The Limits of Control, por su premisa y director, pintaba para ser una de las películas más logradas de la 51a Muestra Internacional de Cine de la Cineteca. Nada más alejado de la realidad.Y es que fuera de algunos fotogramas interesantes (pero tampoco para volverse locos), Jim Jarmusch entrega una cinta pseudo profunda que no propone nada visualmente y mucho menos en su argumento. Y digo pseudo profunda por los diálogos de los los personajes que van apareciendo, en un crisol fallido de personalidades interesantes o divertidas, pero que sólo consiguen desesperar al espectador. En la sala donde vi la cinta, el público al principio, guiado por el entusiasmo de comenzar a ver una cinta de un director respetado, regaló unas risas gratuitas, pero al final, debido a la pésima historia y guión, muchos solamente veían el reloj.
Lo siento por ellos y por mí mismo, pues en esta ocasión la muestra cayó ante una cinta pretenciosa carente de emoción, corazón e inteligencia, que lo único que supo despertar en el público fue una carretada de bostezos y una persona que al salir de la sala le preguntaba a su compañía "¿Y en serio es tan famoso Jim Jarmusch?"

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