miércoles, 30 de diciembre de 2009

Fight Club


"Las cosas que posees terminan poseyéndote" es una de tantas enseñanzas de Tyler Durden en Fight Club, un clásico instantáneo de fines del Siglo XX. Y es que desde entonces el mundo presenciaba el fracaso del capitalismo y de la forma de vida impuesta por el mismo. Ya en Trainspotting (1996) Danny Boyle mencionaba que no era obligatorio seguir el camino que la sociedad espera de nosotros, y tres años después David Fincher refuerza el mensaje con una historia de rebeldía y liberación.

Basada en la novela de Chuck Palahniuk, Fight Club trata además de la descomposición personal, la cual deriva en una total insensibilidad emocional y física, lo cual nuestros protagonistas intentan resolver formando un club de la pelea, pues el dolor les recuerda que están vivos, y organizar una sociedad les da un sentido de pertenencia y un motivo. Sin embargo, pronto se dará una nueva descomposición de las cosas, derivando en una de las vueltas de tuerca más increíbles e inteligentes que se hayan visto en la historia del cine.

Hasta ese entonces, Fincher había ganado popularidad tras dirigir Se7en (1995), y por su sorpresivo nombramiento para dirigir la tercera cinta de la saga Alien, trabajo con el que cumplió con creces; con Fight Club, pasó en definitiva a las grandes ligas y su estilo alcanzó el nivel de "autor". Desde los créditos iniciales, la dirección de Fincher impacta por su vitalidad, imaginación y, sobre todo, la fotografía de Jeff Cronenweth.

El otro elemento clave son las espectaculares actuaciones de Edward Norton y Brad Pitt, sin duda dos de los mejores actores de su generación, y aunque tristemente ambos han venido a menos en fechas recientes, aquí demuestran todo su rango y capacidad en un par de interpretaciones memorables como maestro y aprendiz de un modo de vida carente de ataduras y compromisos. Tampoco podemos olvidar a Helena Bonham Carter como una mujer que, aunque ya estaba un poco desequilibrada, la locura presentada por este par de hombres la supera; se trata quizás del mejor papel en la carrera de Bonham Carter, la cual tristemente se encuentra atada a las sobreactuaciones que requieren los clichés que su marido le pide.

En conclusión, Fight Club es una película esencial para todo aquel que quiera saber cómo concluyeron los cínicos, desencantados pero honestos años noventa. Y aunque no sea la intención un acercamiento social, el espectador no podrá quedar indiferente ante una de las cintas más provocadoras, originales y entretenidas que se hayan hecho.


P.S. La imagen es del sitio de un artista llamado Justin Reed, dénle click para verla en todo su esplendor.

3 comentarios:

  1. ¡¡¡Sólo espero que Fincher nos regalé más cintas como las que acostumbra y nunca más algo como Benjamin Button!!!!

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  2. Sin duda Fight Club no sólo es una cinta que marcó al cine, sino a todos lo que la disfrutamos, increíble el manejo de cámaras, la estructura narrativa y sobre todo la dirección de los actores, Fincher se perfilaba como una gran promesa desde The Game, pero es sin duda Fight Club su obra maestra, ahora que ha cautivado a hollywood con una obra menor, pero descomunal por lo complaciente para la industria (Benjamín Botox) queda la enorme duda del retorno a ese cine propositivo, muy de autor, con ese sello que lo perfilo para erigirse como uno de los mas innovadores directores del siglo que entraba. Ojala retome el camino y termine por definir su estilo, espero nadie financie esa mierda del Facebook con Justin...

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  3. Ya son diez años, y me parece tan actual como nunca. Sin duda, una de mis películas favoritas.
    Saludos!

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