
Alphaville no es del todo una historia de ciencia ficción. Es, antes que nada, un film noir ubicado en el futuro, pero cargada con la suficiente filosofía relativa a la condición humana y su degradación relacionada con un mundo futuro y mecanizado, que también se ubica en los terrenos de la ciencia ficción. Es, permítanme acuñar un nuevo término, la única cinta sci-noir que he visto, jajaja.
El romance también hace acto de presencia de manera sorpresiva y ejecutada a la perfección, gracias al papel desempeñado por Anna Karina, actriz que no conocía hasta hoy, pero de la cual difícilmente olvidaré su rostro.
La dirección de Godard es simple y sencillamente maravillosa. Más de una vez me dejó con la boca abierta con sus planos secuencia y sus encuadres, mientras que la ambientación futurista destaca si tomamos en cuenta que no se construyó ningún set especial, sino que se usaron locaciones reales de las edificaciones más modernas del París del 65.
La historia puede resultar un poco compleja si uno no pone atención desde el principio, pero el espectador atento poco a poco va obteniendo su recompensa. Y aunque puse atención, estoy seguro que dejé pasar muchas cosas por alto, pues el director quiere que el público vaya enterándose de todo gradualmente. Es por eso que estoy convencido que una segunda revisión, y las que sean necesarias, será más que satisfactoria. Y eso es lo que constituye a un clásico.
Que chido que la viste, es una fregonería... te vas cultivando mijo, haber si dejas de alabar a Spielberg...
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