domingo, 26 de septiembre de 2010

El luchador, y el arte imitando a la vida

Mickey Rourke nos regaló una de las mejores actuaciones que se hayan visto en la pantalla grande con The Wrestler (2008), del impredecible Darren Aronofsky.

Conmovedor a morir en su vulnerabilidad y ganas de sobrevivir, Rourke interpreta a un luchador dentro y fuera del cuadrilátero, un hombre que ha cometido errores en su vida y que está dispuesto a enmendarlos, enfrentando además su mala costumbre a echar todo a perder.

Asimismo, Rourke físicamente también se vuelve un luchador, en una sorprendente transformación que hace más creíble su interpretación como alguien que alguna vez triunfó, pero ya no es más que un perdedor, una gloria del pasado, alguien que está en las últimas.

Por otra parte, creo que a Aronofsky le sientan más este tipo de cintas en un tono más real (siendo esta, sin duda, la más realista que haya realizado hasta el momento), que cuando se pone muy tremendo e "innovador". Para mí, éste es el mejor filme que ha hecho en su carrera.

Sobre Rourke, este largometraje representó su regreso después de algunos años de exceso y retiro involuntario, desde entonces no ha parado de trabajar y demostrando su gran talento incluso en porquerías como The Expendables (2010). Asimismo, fue nominado al Óscar para darle pie a otra de las grandes injusticias y estupideces de la Academia al otorgárselo a Sean Penn por Milk. Pero tampoco pasa nada, pues el trabajo de Rourke en esta película ya pasó a la historia por su inmensa calidad.

1 comentario:

  1. bien dicho,rourke es el mejor actor americano de los ultimos 30 años,pelis como la ley de la calle,manhattan sud,el borracho o el luchador mismo, demuestran la empatia y el magnetismo de este tio genial

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