jueves, 3 de febrero de 2011

Canción de cisne para Jack y Meg

Ayer dieron la noticia, la peor que haya recibido en mucho tiempo. The White Stripes, la mejor banda de rock del planeta se separa, dejándome devastado.

A principios del siglo XXI, Jack y Meg White literalmente devolvieron la esperanza a la escena del rock mundial con su inigualable, espectacular, ruidoso y virtuoso sonido que se levantó por encima del cambio de giro de MTV, que decidió echar toda su historia a la basura a cambio de Britney Spears y N'Sync.

Es en 1990 que lanzan su disco debut homónimo, seguido del De Stijl (2000), y White Blood Cells (2001), cuando empezaron a darse a conocer al resto del mundo con los rolones "Hotel Yorba", "We're Going To Be Friends", "Fell In Love With A Girl". Además de su sonido que dejó a todos rascándose la cabeza (¿cómo es que con batería y guitarra pueden hacer cosas tan geniales?), también jugaron con el misterio, pues no dejaban en claro su relación, tenían el mismo apellido pero, ¿eran hermanos, maridos, novios, o simplemente era su nombre artístico?, hoy sabemos la verdad: eran ex esposos. También tenían sus propias reglas: siempre vestir de rojo, blanco y negro, basados en el movimiento arquitectónico que da nombre a su segundo disco, e intentar innovar y mostrar algo divertido, interesante o de plano increíble con sus videoclips. Es decir, eran un paquete completo, quizás el mejor planeado de toda la historia.

En 2003, la pronta consagración. Elephant (2003) es quizás, y al menos para mí seguramente lo es, el mejor disco de toda la década, abanderada por su clásico instantáneo "Seven Nation Army".

Get Behind Me Satan (2005) podría ser el álbum más irregular de la banda, aunque a la distancia creo que simplemente esperábamos demasiado después del álbum paquidérmico. Lo cierto es que el satánico trabajo incluye rolas increíbles como "Blue Orchid", "My Doorbell", "The Denial Twist" y "Red Rain".

En 2007 volvieron con nuevos bríos, e Icky Thump es uno de sus mejores trabajos, quizás el segundo mejor, sin duda el más maduro y, como siempre, refrescante.

Jack y White escriben en su infame comunicado que no estemos tristes, que ahora la banda no es sólo de ellos sino de todos nosotros. No sé si sea suficiente consuelo para mí, que soñaba con repetir la increíble experiencia de verlos en vivo, lo cual hice en mayo del 2005 en el Palacio de los Deportes, uno de los mejores conciertos de mi vida, ver a Jack en vivo es todavía más increíble que escucharlo en los discos.

Y sin embargo aquí estoy, apóstol de la guitarra de Jack y la batería de Meg, queriendo hacer ver al mundo que ayer fue uno de los peores días en la historia del rock.

Si no me creen, por favor escuchen esto:














La dedicatoria: para todos los que amamos a los White

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