domingo, 6 de febrero de 2011

Black Swan, de Darren Aronofsky

Cada año hay cintas que medio mundo alaba con razón, y otras que la otra mitad lo hace por razones desconocidas. Black Swan (2010) entra en la segunda categoría.

No le ayuda que desde los primeros quince minutos sepas cómo va a terminar, ni que se vuelva repetitiva ad nauseam, sobre todo en sus minutos finales donde, para empeorar las cosas, pierde toda coherencia, lo cual no se justifica con que nuestra protagonista haga lo mismo.

A Aronofsky lo "tremendista" no le queda muy bien que digamos, la prueba fehaciente es Requiem For A Dream (2000), pues de nuevo exagera, proporciona momentos "impactantes" gratuitos nomás porque sí.

Lo innegable es que tiene mucho estilo, lo cual parece impresionar a muchas personas, y en este caso la actuación de Natalie Portman, aunada a la de Mickey Rourke en The Wrestler (2008) y la de Ellen Burstyn en Requiem For A Dream confirman que es un gran director de actuación. A Rourke le robaron injustamente el Oscar para dárselo a Sean Penn por Milk (2008), Burstyn y Marissa Tomei -por The Wrestler - estuvieron nominadas, pero en este año por fin una cinta de Aronofsky recibirá el Oscar en actuación cuando se lo den a Portman.

Definitivamente esperaba más de esta cinta, cuya premisa e inicio se veían prometedores. Quizás para la próxima Aronofsky vuelva a centrarse en el fondo y no en la forma, pues ya nos ha demostrado que puede hacerlo.

1 comentario:

  1. Caramba primollete, me quede de a 6 con tu escrito, y es que puedo decirte que he entendido el porque me agradó la peli. Exactamente, el no saber el porque era lo que me atrajo en primer lugar jeje.
    Graaax por tu entrada
    Besoo

    ResponderEliminar