miércoles, 19 de enero de 2011

Café Tacvba, por Café Tacvba

En 1992, después de tres años de existencia, Café Tacvba lanzó su álbum debut y homónimo. La banda, originaria de Satélite, estado de México, se conformó en 1989 por Rubén Albarrán, Emmanuel –o Meme- del Real, y los hermanos José Alfredo –o Joselo- y Enrique Rangel. En este disco, Rubén se cambió el nombre a “Juan”, divertido porque el público lo llamará así, creyendo que la canción “Pinche Juan” era sobre él. Desde entonces, Rubén adoptaría la costumbre de cambiarse de nombre en cada disco.

Rápidamente se volvieron muy populares gracias a un sonido único en México y en todo el rock en español, a pesar de que no eran una banda de rock tradicional. En la banda no había bajo ni guitarra eléctrica, ni batería, sino una caja de ritmo, teclados, piano, guitarras, tololoche y un curioso instrumento llamado melodión.

No puedo continuar hablando de Café Tacvba sin exponer cómo nació mi admiración por ellos. Uno de mis primos hermanos se hizo del primer disco, sin saber que yo terminaría escuchándolo mucho más que él. Yo contaba con once años, y me llamó mucho la atención la simpatía de esta banda que sentía muy cercana a mí, como habitante de la Ciudad de México, pues hablaba de lugares como Garibaldi, la Alameda Central, Catedral, Bellas Artes, o la secu 23, todo muy cerca del barrio bravo de la Guerrero, en el centro de la capital mexicana, donde me crié junto a mi hermano y mis cuatro primos hermanos. Incluso el nombre de la banda fue tomado de un céntrico café.

También me gustó la “audacia” de incluir groserías en las canciones -a mi edad era algo atrevido incluir la palabra “pinche” en el título de una canción; así como las historias de personajes tan peculiares como Rarotonga, El Catrín, la Chica Banda, Labios Jaguar, los charros negros ahogados en alcohol y la fantasmagórica María.

El disco debut de CaféTacvba tomó a México por sorpresa debido a su originalidad, vitalidad y buen humor. Recordemos que en ese entonces los oscuros Caifanes seguían siendo la banda estandarte del rock mexicano. Pero también nacieron cuestionamientos sobre si eran rock o no, a lo que ellos siempre contestaron que no se consideraban así, sino como una mezcla de sonidos e influencias mexicanas. En pocas palabras, ni ellos mismos sabían cómo clasificarse.

Y en verdad era lo de menos, lo importante era que su disco debut fue un fenómeno gracias a los sencillos “Rarotonga” “Las Persianas” (en ambas canciones se escuchan los sonidos guturales y gritos que aparecen en casi todas las canciones rítmicas del álbum, y que son en extremo pegajosas), así como las hermosas “María” –un fantasma que busca revivir amores pasados: “Es María quien pena en las calles, debajo de un farol, roba besos y vida a la gente, mientras ella yace en un cajón”- , y “Las Batallas” con su solo de melodión a cargo de Meme. En ese entonces desconocía que era una canción basada en el libro clásico de la literatura mexicana Las Batallas en el Desierto, de José Emilio Pacheco.

Menos conocidas son la simpatiquísima “Cometer Suicidio”, sobre un tipo con tendencias autodestructivas que sólo quiere atención (“la nostalgia me ha invadido tantas veces, que ya tengo miedo de hacerme daño, qué no ves que quiero que me salves antes de que logre cometer suicidio”); “Labios Jaguar”, que habla de un chavo que cambia a su novia “muy refinada, de buenos modales, muy afrancesada” por la chica indígena de la limpieza, así como “El Catrín” que recorre el Centro Histórico en espera de su cita a ciegas.

Por otra parte están las canciones menos amables, por decirlo de alguna manera, pero que anticipaban una madurez de composición. “La Zonaja” y “Bar Tacuba” hablan de los excesos etílicos y sus efectos menos agradables (más tarde sabríamos que Joselo sufrió de alcoholismo), mientras que en “Debajo del Mar” reaparecen los fantasmas en una canción de amor con un surrealismo que se volvería sello de Emmanuel del Real (“Caminaba con una anciana que lloraba por sus hijos, yo le hablaba de tus ojos, de color ternura todos… Yo le hablaba sólo de ti, de los perfumes de tus flores, y ella me explicó que la eternidad eras tú”).

Café Tacvba fue uno de los primeros discos que escuché sin parar. Sin embargo, temía que sólo fueran una moda, pues me preguntaba cómo estos cuatro chicos podrían repetir una obra tan genial. Dos años después nos demostrarían que la calidad de esta banda no tenía límites.

Como ejemplos de este disco, y de los posteriores, no tendría mucho sentido remitirlos a los clásicos, así que les pondré las canciones no tan populares, pero que demuestran porqué Café Tacvba es una de las mejores bandas del mundo.



1 comentario:

  1. Hoy por hoy no me canso de escuchar "Bar Tacvba", sobretodo en el MTV Unplugged. creo que ya lo había comentado, pero mi primer recuerdo de Café Tacvba fue en ciudad azteca en una fiesta de año nuevo... recuerdo que le gustaba a chuy y a chava principalmente jeje

    también recuerdo a los tacvbos cantar "las persianas" en el programa "papá soltero"

    22 años!! no manches, NOS ESTAMOS HACIENDO VIEJOOOOOS!! :(

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