jueves, 22 de julio de 2010

Sed, de Chan-wook Park

Chan-wook Park podría ser el director asiático más interesante de los últimos años. Con Oldboy (2003), su obra maestra, y la segunda parte de su Trilogía de la Venganza, sorprendió a todo el mundo gracias a un magnífico guión basado en un comic realizado con mucho estilo. Oldboy es otra de mis grandes favoritas, una historia envolvente con un personaje entrañable y tenaz en su búsqueda de venganza que va descubriendo las pistas necesarias para lograrla, para al final tener que tomar una decisión imposible, en uno de los desenlaces más increíbles y apoteósicos que se hayan visto en la historia del cine.

Así de grande es la fama y reputación que le anteceden a Park, quien de nuevo le entra con todo a otra historia original y atrevida donde un sacerdote católico comienza a tener nuevos impulsos poco religiosos, y también por un poco de sangre. Se ha vuelto un vampiro.

Con un titubeante inicio, Thirst (2009), tarda en encontrar su ritmo idóneo para después caer un poco en el tedio hacia el final, pero eso sí, de nuevo dirigida con muy buen ojo y la creatividad suficientes como para mantener atento al espectador.

Este filme, que ganó El Premio del Jurado y estuvo nominada a la Palma de Oro en Cannes 2009, quizás no llegue a ser un clásico, pero sí es una cinta indispensable para los aficionados al cine vampírico, y también recomendable para los cinéfilos clavados.

1 comentario:

  1. Me recomendaron mucho esta peli... ahora que mencionas al director, entiendo por qué.

    La trilogía de Simpatía por el señor venganza me encantó; espero ir pronto a ver esta.

    D.

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