jueves, 2 de febrero de 2012

War Horse, de Steven Spielberg

Después de tres años sin dirigir una cinta, Steven Spielberg volvió en 2011 con The Adventures Of Tintin y War Horse, siendo esta última una adaptación a la novela de Michael Morpurgo, y que a su vez ya había triunfado como obra de teatro en el West End londinense.

Spielberg había manifestado su amor y obsesión por la obra teatral, que fue lo que lo llevó a adaptarla a la pantalla grande con su muy particular estilo de heroísmo y melcocha para toda la familia, con una técnica y ritmo -como siempre- impecables.

El director le apuesta a la épica en esta historia sobre un joven que busca a su caballo en las trincheras europeas de la Primera Guerra Mundial, visto más que nada desde el punto de vista del equino. Esta visión épica se demuestra en sus encuadres, en la fotografía de su antiguo colaborador Janusz Kaminsky y en la música del inmortal y genial John Williams, éstos dos últimos acreedores a una nominación en la próxima entrega del Óscar. Otro viejo socio de Spielberg, Michael Kahn, vuelve a las tareas de edición.

Durante dos horas y media (que en realidad se van como agua, evidenciando una vez más la maestría narrativa de Spielberg, que se autodefine antes que nada como un cuentahistoiras), seguimos la travesía del caballo Joey en dos partes. En la primera vemos el vínculo creado entre el caballo y su dueño Albert para explicarnos porqué al joven le importa tanto; mientras que en la segunda seguimos a Joey en sus encuentros con diversos personajes que podrían estarlo alejando cada vez más de Albert, mientras atestiguamos las tragedias íntimas y privadas creadas por los conflictos bélicos globales. Al mismo tiempo, la fotografía y música de los ya mencionados Kaminsky y Williams va cambiando, adentrándonos en los ambientes y situaciones por las que va pasando Joey, hasta el climático final con reminiscencia fotográfica a Lo Que El Viento Se Llevó.

Pareciera que Spielberg intentó precisamente crear un clásico que contuviera toda una paleta para emocionar a propios y extraños en una historia inolvidable... y lo logró.

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