Mi primera cinta del 2011 fue Le Concert (2009), cinta de Francia y Rusia en donde el director de una vieja orquesta de la vieja Unión Soviética busca dar el gran concierto que le fue impedido por el gobierno de su país, acusado de traición por defender a los músicos judíos de su orquesta.
Como lo esperaba tras ver el trailer, se trata del clásico melodrama europeo con un equilibrio entre las risas y lo dramático que la hace accesible a todo el público y que, por alguna razón, le encanta sobre todo a los ancianos, cuyos desplantes tuvimos que soportar en la sala de cine.
Desgraciadamente, escribo demasiado tarde sobre esta cinta, y ya es casi imposible encontrarla en las salas de cine de la Ciudad de México, pero les recomiendo que le echen un vistazo y la bajen, o si acaso la esperen a la renta, ¡pero por favor no compren piratería!
Como lo esperaba tras ver el trailer, se trata del clásico melodrama europeo con un equilibrio entre las risas y lo dramático que la hace accesible a todo el público y que, por alguna razón, le encanta sobre todo a los ancianos, cuyos desplantes tuvimos que soportar en la sala de cine.
Desgraciadamente, escribo demasiado tarde sobre esta cinta, y ya es casi imposible encontrarla en las salas de cine de la Ciudad de México, pero les recomiendo que le echen un vistazo y la bajen, o si acaso la esperen a la renta, ¡pero por favor no compren piratería!
Puntos extra por la belleza irreal de Mélanie Laurent, parisina que pone muy en alto a la hermana república de Francia.
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