sábado, 21 de agosto de 2010

Los hombres que no amaban a las mujeres, la película

Män som hatar kvinnor, "The girl with the dragon tatoo", o "Los hombres que no amaban a las mujeres" (2009) es la adaptación de la novela del mismo nombre autoría de Stieg Larsson, y que inicia con la saga literaria Millennium.

En lo personal, desde que apareció la serie de vampiros adolescentes, no me confío en nada del término "fenómeno literario", pues se comprobó que ya es un concepto muy malbaratado y hasta carente de sentido. Por esa razón decidí no averiguar nada sobre esta nueva saga que ha tenido mucho éxito, pero nunca llegando a los terrenos de los vampiros adolescentes ni de Harry Potter.

Y así, sin saber nada, acudí a ver esta película de la misma nacionalidad del autor, sueca, y entendí un poco la razón del éxito de los libros, pero no tanto la razón para convertirla en un largometraje, donde abundan ejemplos de thrillers mejor construidos y no tan predecibles.

Sin embargo, la película entretiene y tiene elementos a destacar, como su fotografía y la actuación de Noomi Rapace como Lisbeth Salander, una joven con un turbio secreto del pasado que se comienza a revelar apenas al final de la cinta. Dicho secreto la convierte en una mujer introvertida pero con propensión a la violencia, y con muchas reservas para entablar una relación cercana con los hombres. Lisbeth y Mikael -un periodista que acaba de perder un gran juicio por difamación- integran una improbable dupla que deberá resolver un misterio de hace 40 años, así como limpiar la reputación de Mikael.

Aunque si bien ya dije que entretiene, el ritmo no es uniforme, pues tarda mucho para entrar en él, mientras que el epílogo se siente demasiado largo, lo que afecta el resultado de una película que puede llegar a sentirse demasiado larga.

En conclusión, a pesar de ser predecible, me entretuvo e intrigó por momentos. Lo suficiente como para revisar el resto de la trilogía, y definitivamente para ver qué trato le da el gran David Fincher a la versión estadounidense, la cual se rumora que podría contar con la actuación de Carey Mulligan ¡¡como Lisbeth!!... ufff, ojalá y sí.

miércoles, 18 de agosto de 2010

The Office

Creada por Ricky Gervais y Stephen Merchant, The Office (2001-2003) es una de las mejores comedias que se hayan realizado en la historia de la televisión.

Como su nombre lo indica, esta serie trata sobre la vida diaria en una oficina que sería común y corriente de no ser por su peculiar jefe, David Brent, quien busca hacer reír a sus empleados casi siempre con resultados embarazosos y hasta patéticos. Además, están Tim y Dawn, ella a punto de casarse, él enamorado de ella; y Gareth, el asistente de David, y que también tiene afanes de protagonismo y egocentrismo poco coherentes con su realidad.

Con cámara en mano, estamos por primera vez ante un documental falso en el formato de televisión, estilo y narrativa que serían seguidos por series como la magnífica Arrested Development (2003-2006), y más recientemente, Modern Family (2009); así como una versión estadounidense creada en 2005 y que sigue al aire. Curiosamente, los creadores decidieron hacerla de este modo porque les resultaba más fácil y económico, y es que la BBC tampoco estaba dispuesta a gastar mucho en el proyecto de dos novatos. Hoy por hoy, The Office es el DVD que no sea película más vendido en la historia de Inglaterra, y es la única comedia de aquel país en ganar el Globo de Oro.

Y no es para menos. La serie está repleta de momentos y escenas hilarantes, siendo quizás el más memorable o conocido el baile de David por caridad, o el curso laboral que termina en canciones de David.

Además, dentro de esta comedia por lo general "políticamente incorrecta", hay momentos donde demuestran la humanidad de los personajes, sobre todo con Dawn y Tim, y al final con David.

Casi diez años después, Ricky Gervais es quizás el comediante más conocido de su país, mientras que el resto del elenco (quienes también eran unos desconocidos hasta el momento de la serie, para hacer más realista el formato de documental), son hoy estrellas del entretenimiento británico. Y bien ganado se lo tienen, pues juntos crearon un clásico de la comedia a nivel mundial.

lunes, 16 de agosto de 2010

The Expendables

Curiosa la idea que tiene de entretenimiento el buen Sylvester Stallone. Parece que su concepto de acción y de humor se quedó detenida en los 70 (en los 80 como máximo) y, en vez de tener la película de acción más rompemadres de la historia, estamos ante una película Serie B que de no ser por el elenco, seguramente habría ido directamente a DVD o a la televisión por cable.

Como buena cinta Serie B, The Expendables (2010) es tan, pero tan mala que es extremadamente divertida, sobre todo si la ven con amigos y se ponen a comentar la serie de estupideces y momentos embarazosos que sobrepueblan esta "historia".

Un reconocimiento a Jason Statham y a Mickey Rourke, quienes son los únicos que se salvan de hacer un ridículo total.

Sobre Stallone, hay una expresión que usa mucho mi amigo Óscar Juárez, y en este caso aplica a la perfección: "Ya dio el viejazo", y no me refiero a su apariencia, sino que, como dije al principio, se nota que no está muy actualizado (mejor dicho, NADA actualizado) en lo que se refiere a una buena cinta de acción que entretenga por lo bien hecha que está, y no por ser surrealmente mala.

viernes, 13 de agosto de 2010

El Extranjero, por Albert Camus

L'Étranger (1942) es familiar del Lobo Estepario, pues también nos habla de un personaje ajeno al entorno en el que vive, y aunque si bien no lo desprecia, tampoco lo comparte. No lo entiende y, por lo tanto, no puede ser parte de él.

Escrito por Albert Camus con una envidiable y abrumadora sencillez, el libro relata en primera persona la historia de Mersault, un hombre incapaz de fingir lo que no siente, lo cual se agudiza porque también es incapaz de sentir amor o cercanía por algo o alguien.

Es tal su desapego, lleno de una lealtad hacia sí mismo inquebrantable, que lo mete en una situación imposible, mientras que se interpone entre él y el sentido de supervivencia humano.

Sin llegar a las profundidades de la psique como Hesse, y mucho menos a los límites de la cordura, Camus -también ganador del Nobel - transmite de manera perfecta la personalidad de Mersault y de cómo esta afecta y trastoca la vida de quienes lo rodean incluso más que a la de él mismo.

En suma, un clásico de la literatura universal cuyo ritmo podría desalentar a muchos, pero que vale la pena sobre todo si, en algún momento de la vida, se han sentido como un extranjero en su propia tierra.

martes, 10 de agosto de 2010

La mujer de mis pesadillas

Han pasado más de quince años después Dumb & Dumber (1994), y más de diez despúes de There's Something About Mary (1998), cuando los hermanos Peter y Bobby Farrelly eran los directores consentidos de la comedia estadounidense. En 2000 realizaron Me, Myself and Irene, con el gran Jim Carrey, mientras que con Stuck On You (2003) no tuvieron buena respuesta del público ni de la crítica.

En 2007, después de recobrar el éxito con Fever Pitch (2005), presentaron The Heartbreak Kid, remake de la cinta con el mismo título de 1972, y escrita por Neil Simon. Traducida como "La mujer de mis pesadillas", cuenta la historia de un hombre que se casa con la mujer perfecta hasta que, como dice el título, se da cuenta que en la realidad dista mucho de serlo.

Una tras otra situación, el personaje de Ben Stiller descubre que su esposa está llena de filias y fobias que lo desesperan. Pero más importante aún, una serie de mentiras le hacen preguntarse si no cometió un grave error. Para incrementar el conflicto, en su luna de miel conoce a una mujer que parece estar hecha para él.

Stiller tiene el encanto y la gracia necesarias como para salirse con las suyas tomando en cuenta que su personaje está haciendo algo realmente despreciable que necesita la complicidad del público pues "hey, es sólo una comedia". Y como tal, cumple con su propósito de hacer reír en muchas ocasiones, arriesgándose en unas a un humor escatológico siempre presente en las cintas de estos hermanos.

Ideal para rentarla y verla con los amigos o la pareja, porque familiar no lo es en absoluto. Los hará reír aunque la olviden dentro de una o dos semanas.

PD: Se agradece la presencia de Jerry Stiller interpretando al papá de su hijo en la vida real. Un muy buen caso de talento heredado. Sus escenas juntos son de lo mejor de la película

Un mal tercio

Por accidente vi esta cinta a la media noche llamada The Third Wheel (2002), gracias a una semi adorable escena en la que toda la oficina anima al torpe de Stanley (Luke Wilson) a que invite a salir a Diana (Denise Richards), luego de estar enamorado de ella durante más de un año, y de que ella rompiera con su novio.

Una vez que logra invitarla a salir, toda la cinta se va al caño con una ridícula historia de un vagabundo que termina convirtiéndose en el mal tercio de la cita, mientras que toda la oficina organiza una fiesta para apostar hasta dónde llegará Stanley, obviamente esto lo averiguan siguiéndolos de cerca.

Wilson interpreta a un tipo que, si bien al principio genera empatía, poco a poco se vuelve muy desagradable; mientras que Richards, tan hermosa como siempre, no puede hacer mucho con un papel mal escrito y desarrollado, pues interpreta a una mujer demasiado perfecta que no tendría ninguna razón para enamorarse de alguien como Stanley, basados en lo que vemos de él durante la cinta. El personaje del vago es también odioso, y uno no se explica cómo es que se gana la simpatía de la ridícula pareja.

No por nada esta cinta tardó cuatro años en ser lanzada directamente en DVD. Sin embargo, yo les recomendaría que no gasten su dinero en rentarla - ¡mucho menos en comprarla!

Up in the air: ¿karma o injusticia?

Vi de nuevo Up In The Air (2009) de Jason Reitman. Y como ya había escrito sobre ella, ahora hablaré sobre el final, para todos aquellos que ya lo hayan visto.

Una vez dicho esto, pregunto: ¿es justo o injusto lo que le pasa a Ryan?, ¿fue tanto su desapego con los demás que merecía lo que le pasó, o pecó de ingenuo? ¿Es Alex una "peor" persona que él? ¿por qué se le negó esta relación, acaso la reconexión con su familia ya era suficiente redención, y no podía pedir más de la vida?

En resumen: ¿Ryan tuvo que pagar por su actitud frente a la vida, o simplemente nos demuestra que la vida no es justa?

Shaun of the Dead

Shaun of the Dead (2004) es una cinta de culto que logró combinar con éxito el género de horror, y en específico el subgénero de zombies, con la comedia.

En esta cinta, el director Edgar Wright vuelve a juntar fuerzas creativas con el co-escritor y comediante Simon Pegg, después de la hilarante serie de la BBC, Spaced (1999-2001), donde mezclaron el humor con la ciencia ficción. Como en aquella serie, Pegg y Wright de nuevo llenan su cinta de referencias sobre la cultura popular, en una historia donde Shaun debe combatir una oleada de zombies mientras salva su relación amorosa y familiar.

La película está llena de excelentes gags, pero también de momentos muy forzados que pueden distraer al espectador. Sin embargo, eso no influye en el disfrute de la cinta, tan querida en Inglaterra, que la revista Empire la eligió como icónica de los últimos 20 años, y viniendo de una de las industrias cinematográficas más importantes del planeta, no es decir poco.

Un Profeta, ¿o un redentor?

Intensa, inteligente, cautivante y fascinante. Un Prophète (2009), ganadora del Grand Prix en Cannes 2009 por fin llegó a México, sorprendiendo al público tanto como lo ha hecho en el resto del mundo.

Mientras la veía lo pensé, y hace poco leía fragmentos de una reseña, confirmando que no soy el único con esta opinión, pero en cuanto a temática y efectividad tanto de guión como de actuaciones y el resultado en general, podríamos estar ante una obra comparable con El Padrino (1972).

Véanla antes de intentar desmentirme. No se arrepentirán.

viernes, 6 de agosto de 2010

Star Wars, en concierto

Como se han dado cuenta, la regularidad de mis entradas se ha visto afectada últimamente. Pero como pronto causas de fuerza mayor me impedirán todavía más escribir seguido, intentaré ponerme al corriente y escribir sobre toooodo lo que he visto en estos días.

Empiezo por algo de hace tiempo-¡el 12 de junio!-, cuando acudí con mis amigos Óscar y Carlos al Auditorio Nacional a ver el espectáculo Star Wars: In concert.

Para quienes no lo sepan, John Williams es uno de mis ídolos absolutos, todo su cuerpo de trabajo me fascina, me emociona y me conmueve. Y la saga de Star Wars (1977 - 2005) no podía ser la excepción, pues podría tratarse de la obra más importante de este norteamericano multiganador de Óscares, Globos de Oro y Grammys.

Como ya había escrito en otra ocasión, todo comenzó en 1993 con el estreno de Jurassic Park. Tan sólo cuatro años después, George Lucas lanzó la edición especial de la trilogía original en el cine, acompañado por ediciones de lujo de las películas. Cada una de estas ediciones dobles tienen un librito de pasta dura, discos compactos serigrafiados como hologramas y, lo más importante, toda la música de las películas.

Pero quizás eso sea materia de otra entrada. Lo central aquí es que la experiencia llegó a México, sin el Maestro, pero con muchos otros atractivos. En primer lugar, había en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México una exposición de memorabilia original de la saga como utilería, vestuario, grandes paneles con escenarios emblemáticos de las películas para tomarse fotos, así como una hoja de la partitura original de Episode I: The Phantom Menace (1999), para mí, la joya de la corona en esta exposición.

Ya en el concierto, la Star Wars Orchestra interpretó con espectacular fidelidad todos y cada uno de los temas que interpretó, haciendo arreglos distintos solamente en "The Flight Parade", del Episodio I. Dividido en dos partes, el show encuentra un hilo conductor en la narración de Anthony Daniels, único actor que aparece en las seis cintas de la saga. De manera muy teatral y efectiva, Daniels cumple en su labor de maestro de ceremonias, con un par de momentos gracioso bien realizados.

Como ya mencioné, la ejecución es impecable, y sin embargo, se sentía un poco bajo el volumen, sobre todo teniendo en cuenta que las piezas donde pusieron diálogo de las películas, el nivel de éstos superaba a la propia música.

Otro detalle es que el show es relativamente corto, y la selección de piezas como el formato e incluso muchas imágenes proyectadas es prácticamente idéntico al DVD incluido en Episode III: Revenge of The Sith (2005), donde el narrador es Ian McDiarmid, quien interpreta al Emperador Palpatine.

Fuera de eso, se trata de un buen espéctaculo tanto para los fans como para los que simplemente amen la buena música. Y créanme, que la de John Williams es magistral.