domingo, 25 de octubre de 2009

Meryl & Amy

Hace un año, Meryl Streep y Amy Adams protagonizaron la sublime Doubt, donde junto a Phillip Seymour Hoffman nos obsequian un tour de force de actuación que los cinéfilos no olvidaremos en mucho, mucho tiempo. Dramática a morir, Doubt permite que ambas actrices demuestren su rango en una cinta que requirió de ellas intensas y emocionales actuaciones.

Por esto, me llamó mucho la atención que de inmediato volvieran a hacer mancuerna en una película que no podía ser más distinta: Julie & Julia, una cinta mucho más relajada (en apariencia), pero donde de nuevo las dos brillan con luz propia.

Y digo que la cinta es en apariencia relajada porque en la realidad tiene un trasfondo interesante sobre la vida y el futuro desde perspectivas muy diferentes: la de una mujer que llega a los 30 y otra que está por llegar al medio siglo. Y así, estas mujeres de generaciones distintas tienen vidas paralelas a 20 años de distancia, la mayor inspirando a la más joven, y con dos factores clave: la cocina y la escritura, ambos impulsados por la tenacidad y la constancia en el trabajo.

De Meryl Streep qué se puede decir; la mujer es una leyenda viva que hasta da miedo por lo increíblemente talentosa qué es. Adams, por su parte, está enrachada desde su primera nominación al Oscar en 2006 por Junebug, seguida por nominaciones al Globo de Oro y al Oscar por Enchanted y Doubt en 2007 y 2008, así como la sorpresa de Sundance, Sunshine Cleaning. Con tan sólo 10 años de carrera profesional, Adams comienza a despegar gracias a su talento y a que ella sola puede iluminar la pantalla tan sólo con esa perfecta y hermosa sonrisa.

Es de esos histriones no conocidos por las masas pero que igualmente nos sorprenden en cada nuevo filme, en esa liga pondría también a Aaron Eckhart y Michael Sheen, extraordinarios actores con una gran humanidad, como Adams.

Y así, el mayor fuerte de la cinta son sus protagonistas. La directora Nora Ephron, usualmente muy mala, acierta con dos actrices en toda la extensión de la palabra, y además entrega una inteligente adaptación de dos libros para unirlos en una sola historia. También muestra creatividad al hacer las transiciones entre las diferentes épocas, y se agradece un final inesperado y conmovedor que no cae en los viejos clichés y cursilerías acostumbradas por esta directora.

Como atractivo extra, quizás los blogueros se identifiquen con varias escenas de la película. Creo que refleja de manera realista toda esta experiencia de escribir en estos espacios.

Si la ven, espero sus comentarios de la cinta; o en su defecto, de esta crítica.

Saludos

domingo, 18 de octubre de 2009

La traición de Tarantino

Tarantino nunca ha sido de mi completo agrado. No sé si me molestan más sus delirios de grandeza o sus fanáticos que se la creen y alaban al director de dos buenas películas seguidas de una serie de tonterías sin gracia ni interés.

Sin embargo, en Inglorious Bastards esperaba encontrar algo más, quizás algunas muestras de madurez o de cambio (no sé porqué. La premisa de una banda de vengadores que matan nazis a diestra y siniestra quitándoles sus cabelleras me pareció estúpida desde un comienzo).

Y durante la primera media hora de la cinta confirmé mis sospechas, Tarantino en sus afanes por la exageración, la autocomplacencia y complacencia a sus fanáticos cae en las mismas ridiculeces de siempre (risa me dan los que consideran al diálogo de las ratas y ardillas como algo genial, o que los personajes hablen en su idioma nativo como algo realmente innovador y extraordinario, jajaja). Pena me da que el director considere "cool" un personaje que mata personas a batazos. Es evidente para mí la intención de tomarlo como algo divertido, como un juego de niños, una fantasía judía, pero ni así le encuentro la gracia. También lo siento por Brad Pitt al aceptar un papel intencionalmente clichesco, reconozco que los primeros dos minutos fue entretenido, pero después de eso es totalmente insoportable. Qué diferencia con Burn After Reading, donde la farsa de su personaje tiene resultados mucho mejores.

Y así, la primera media hora está llena de todos los defectos del director: las exageraciones ya mencionadas, la falta de ortografía para "alterar conciencias" (¡¡¡wow, dice "basterds" en lugar de "bastards", qué cool!!!), la música pretenciosa y totalmente inadecuada, referencias culturales gratuitas... todo, repito, con el simple afán de apantallar, como haría cualquier persona insegura e inmadura.

Sin embargo, una vez pasado el "Capítulo 2", pareciera que Tarantino ya cumplió con su cuota de clichés y ridiculeces y por fin se centra en cumplir con la historia y no con sí mismo. La cinta se transforma en una historia de conspiración anti nazi en uno de los lugares y tiempos más álgidos de la Segunda Guerra Mundial, y es ahí donde empieza lo realmente interesante. El poco tiempo dedicado a Aldo Raines y los bastardos le hace mucho bien a la película, para centrarse en los distintos planes que se elaboran para derrocar a los alemanes. Incluso aquí las referencias históricas tienen su razón de ser cuando se habla de Leni Riefenstahl o el apogeo del cine de Hollywood como resultado del éxodo judío europeo hacia los Estados Unidos.

También en este fragmento de la película conocemos a los personajes más interesantes y mejor actuados: la hermosísima Diane Krüger como Bridget von Hammersmack, una actriz alemana trabajando para los aliados; Daniel Brühl como Fredrick Zoller, un héroe de guerra; Mélanie Laurent como Shossana Dreyfuss, una judía que busca venganza; y Sylvester Groth como un patético y divertido Joseph Goebbels, mucho mejor que el caricaturizado Hitler.

Mención aparte para Cristhoph Waltz como Hans Landa, personaje que le valió la Palma de Oro como Mejor Actor y que ha llamado mucho la atención, pero que en lo personal me pareció un buen personaje, sobre todo como espejo de Aldo Raines, sádicos los dos, con la diferencia de que Landa es mucho más sofisticado, pues prefiere la tortura psicológica a la física.

Desgraciadamente, los buenos momentos en la segunda parte de la cinta no conducen hacia un final satisfactorio, pues en el desenlace todos los personajes se traicionan a sí mismos: los valientes se vuelven cobardes, el amable en salvaje y el más listo en el más idiota. Pero sobre todo, el director se traiciona a sí mismo al entregarnos después de mucho tiempo una película con más personajes además de él mismo. Esa traición, para mí, es de agradecerse.

jueves, 8 de octubre de 2009

Incomprensión

Independientemente de si conocen a M.C. Escher o no, "La magia de M.C. Escher" es un libro altamente recomendable. No es necesario ser un experto en arte o en diseño para impresionarse ante el genio de este grabador holandés.

En esta publicación, de editorial Taschen, se muestra la obra completa de Escher, incluyendo innumerables bocetos además de sus obras más conocidas.

Asimismo, está aderezado con citas del artista que, en ocasiones -resultado de una falsa modestia o de una increíblemente baja autoestima- se muestra incomprendido tanto por los matemáticos como por los artistas, quienes tenían problemas para tomarlo en serio por esta ambivalencia de su obra que combina cálculos con una técnica impoluta.

En otros momentos, el autor se muestra más optimista, como cuando escribe en una carta a su hijo Arthur:

"En los momentos de gran entusiasmo, me parece que nadie en el mundo ha hecho nunca algo tan hermoso e importante como esto"

Aunque a algunos no les pueda parecer precisamente hermoso, su obra es por lo menos innegablemente interesante e impresionante. Y para muestra están "Más pequeño y más pequeño", "Día y noche", "Verbum", "Reptiles", o la muy famosa "Cascada". En lo personal, cada una de sus obras me puede mantener hipnotizado por varios minutos.

Al leer las frases donde se castiga tanto a si mismo me hace preguntarme: ¿qué tan seguido nos aferramos a una visión tan negativa de nosotros mismos?. Creo que en ocasiones perdemos demasiado tiempo pensando en ello, y quizás sea hora de empezar a cambiar eso y comenzar a querernos un poco más a nosotros mismos. Quizás seríamos más felices. Espero que Escher haya tenido a alguien en su vida que le dijera constantemente lo grande que era.

"Una persona que tenga una conciencia lúcida de los milagros que la rodean, que haya aprendido a animarse en la soledad, habrá conseguido avanzar todo un trecho por el camino hacia la sabiduría"

domingo, 4 de octubre de 2009

Te siento


Martin, David y Andrew... me quedo sin palabras. Me quedo con la emoción de escuchar "It's no good" en vivo, con el trance de "I feel you", con la forma de hacernos mover al ritmo de "Enjoy the silence".

Gracias por la entrega total y esos sonidos del universo que continuán a pesar del tiempo, de los años, de la monotonía, a pesar de todo esto, siguen siendo nuestros y nosotros suyos.

I feel you
Your sun it shines
I feel you
Within my mind
You take me there
You take me where
The kingdom comes
You take me to
And lead me through
Babylon

Oh sí...